New Delhi y Agra


Impactante India

Tras el orden absoluto, la limpieza extrema y la refinada educación japonesa, aterrizamos en New Delhi donde la suciedad, el caos y el afán por sobrevivir se apoderan de sus calles.


Los expertos dicen que India está emergiendo como una potencia económica mundial. Pues que nos permitan ponerlo en duda. Más que nada por lo poco que hemos podido ver de este país. Nuestra prioridad era entrar por India para llegar a Nepal, pero aprovechamos para visitar varias ciudades del norte como Delhi, Agra y Varanasi, la mejor entrada al país vecino. Tal vez no podemos opinar demasiado ya que solo estamos diez días en este país, pero las largas horas de tren y autobús que compartimos con sus habitantes y lo que vemos a través de las ventanas, nos permiten hacernos una pequeña idea de la realidad de India.

Un país no puede ser una potencia mundial mientras sus índices de desarrollo humano están a la cola del continente. La gente vive como en la Edad Media, conviven con la suciedad y con los animales. Hemos visto a gente defecando en cualquier esquina, durmiendo en cualquier sitio y la igualdad ente mujeres y hombres es un espejismo todavía más alejado que el nuestro. Y es que probablemente será el país que hemos visitado, además de África, donde menos pintan las mujeres, un cero a la izquierda. No vemos ninguna regentando negocios o trabajando, siempre a la sombra de sus maridos, y como anécdota, en las colas para comprar billetes de tren no hay ni atisbo de ellas. Como curiosidad, cuando Lorea fue a comprar los billetes de tren mientras Ibon cuidaba las mochilas, fue el foco de atracción en las largas colas. Decenas de ojos masculinos puestos en ella. Era la única mujer. El hombre es el encargado de los trámites importantes y las mujeres no tienen presencia en la sociedad, únicamente entre las cuatro paredes de su casa. En un autobús coincidimos con cinco chicas de un equipo de jockey sobre hierba. Su entrenador al despedirse les dice: “Play hard , girls!”, (Jugar duro chicas). Estas jóvenes son el futuro de este país y deberán jugar duro, pero no sólo en la cancha, sino también fuera de ella.


Dicen que la India te enamora o la odias. Para nosotros es un poco de cada ingrediente. Es un país fascinante, sobre todo impactante y que sin duda no te deja indiferente. Ni mucho menos. Definir India es hablar de color, tradición, espiritualidad, caos, desorden, gente, mucha gente y de supervivencia. Es como si India no quisiera evolucionar al ritmo del resto del mundo.

Llegamos a Delhi que nos recibe con más de 45 grados. Es una ciudad mal diseñada, muy sucia y poco atractiva, pero esto no impide que haya sitios interesantes para visitar como las calles de Old Delhi, la parte vieja, con miles de bulliciosos comerciantes que venden de todo. Cada diez metros te encuentras con algo que te deja con la boca abierta, desde dentistas que te hacen una limpieza bucal sobre la acera, hasta “expertos” capilares que se encargan de retirar una a una las canas del pelo. Las calles de Delhi son vibrantes, bulliciosas, y los ojos de la gente ..... se te quedan mirando fijamente, una mirada oscura, profunda, única. En la capital visitamos también el fuerte rojo de Delhi con unos impresionantes muros, construidos en arenisca roja y rodeado de una muralla de 6,5 kilómetros de largo.

Madrugamos para coger el tren a Agra donde visitaremos el Taj Majal. Hace mucho calor, pero esto no impide que nos quedemos horas y horas embelesados admirando esta increíble manifestación de amor. El Taj Majal es soberbio, impresionante, fascinante, increíble, maravilloso, imponente.

El palacio fue construido en el siglo XVII por el emperador musulmán Shah Jahan en honor de su esposa favorita, Arjumand Bano Begum, más conocida como Mumtaz Mahal quien murió dando a luz a su decimocuarto hijo .

El mejor momento para visitarlo es el amanecer o el atardecer ya que el mármol blanco con el que está construido va cambiando de color y el sol le confiere tonalidades que acrecientan su magnanimidad. Y cómo no, nosotros elegimos el atardecer.


Sin duda, el Taj Majal se merece estar entre los mejores monumentos del mundo.


Próximo destino: Varanasi.
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