Alpes japoneses

Esquiando en Japón


Y como dos balas nos plantamos en los Alpes japoneses, porque Japón no sólo presume de grandes ciudades sino que también ofrece naturaleza. La idea es descubrir la zona montañosa y andar un poco por el monte, pero nos juntamos en el tren con una pareja irlandesa que casualmente va al mismo hostel que nosotros en Hakuba y nos preguntan: ¿también vais por la oferta de esquí?. ¿Cómo?, ¿qué oferta de esquí?, ¿pero hay nieve?. Pues parece que sí y no nos lo pensamos dos veces. Por un módico precio nos dejan todo el equipo y está incluido el forfait de un día.

Al día siguiente estamos vestidos con pantalones de esquí, guantes, gafas y ataviados con nuestro equipo nos subimos a
las pistas. Era una opción que no estaba en nuestros planes, ni mucho menos, pero que no desaprovechamos y la verdad es que pasamos un día agradable deslizándonos por las pistas japonesas. Y seguimos flipando con los japoneses hasta en la nieve. Nos encontramos a un tío haciendo snow, vestido de ¡gothic lolita!. Con sus faldas al más estilo camarera de hotel y su tabla rosita es el más rápido de la pista. Y nadie le mira, sólo nosotros dos que flipamos un rato.

Seguimos sumergiéndonos en la cultura japonesa y dormimos en una habitación de estilo tradicional, con un colchón sobre un tatami en el suelo, paredes y puertas correderas de papel. (Foto). ¡Ah!, en Japón siempre hay que descalzarse para entrar a una casa o en un hotel, una costumbre que nos gusta. Y los báteres son de flipar. Están extremadamente limpios, la taza está calentita cuando te sientas y no es consecuencia del anterior inquilino, tienen un panel de mandos con varias opciones como chorritos de diferentes presiones, con música y todo. Da gusto darse una vueltita por el WC. Los cachivaches japoneses dan mucho de sí. Y los japoneses siguen en su estilo, saludan y saludan continuamente. Hasta cuando pasa el tren, los trabajadores que están en las vías, paran de trabajar y saludan al conductor.

Seguimos sacándole partido al pase de tren y de camino a Tokyo hacemos una parada para visitar el Castillo de Matsumoto, catalogado como Tesoro Nacional. Es un castillo de madera, tanto la estructura como la fachada, que está rodeado de un foso de agua y construido sobre unos muros de piedra de siete metros de altura. Y se puede visitar por dentro, donde se pueden apreciar las funciones defensivas de un castillo japonés. Desde su torre de cinco pisos se puede disfrutar de unas vistas excelentes. Es una verdadera maravilla.

Próximo destino: Tokyo.
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