La LLanura de las Jarras

El misterio de las jarras


Nos hubiese gustado navegar por el río Mekong desde Houai Xai en la frontera con Tailandia hasta Luang Prabang, pero nos informamos que el nivel del agua todavía está muy bajo y los barcos no zarpan. Por lo que cambiamos de planes.


Por lo tanto, nuestro próximo destino es Phonsavan donde hacemos una parada para visitar la enigmática Llanura de las Jarras. Miles de jarras de piedra de gran tamaño que fueron construidas hace al menos dos mil años se encuentran diseminadas en una extensa llanura. Algunas pesan entre 1 y 6 toneladas y miden entre 1 y 3 metros. Lo misterioso del lugar es que los investigadores desconocen la utilidad de estas jarras. Una de las hipótesis asegura que se utilizaban como reserva de agua para periodos de menos lluvia, otras las relacionan con urnas funerarias o como recipientes para almacenar vino o comida. La arqueóloga francesa, Madeleine Colani, especuló que la llanura conectaba con una ruta de caravanas del norte de India. Pero el misterio envuelve a esta zona ya que nadie ofrece una respuesta sobre su utilidad. Preguntamos a los laosianos por su teoría al respecto y muchos de ellos nos dicen que según se ha transmitido de generación en generación, un rey mandó crear las jarras para guardar grandes cantidades de lao lao, el licor de arroz consumido en Laos, y así convidar a sus vasallos para celebrar la victoria de una guerra.


Lo sorprendente es que la zona no está excesivamente cuidada y tampoco hay muchos visitantes. La hierba está cortada únicamente alrededor de las jarras, no hay información sobre el emplazamiento, muchos de los ejemplares están fragmentados, sin restaurar y muchas otras todavía sin excavar. Incluso en el interior de los gigantescos recipientes se acumula tierra y basura. Puedes tocarlas, incluso si te da por ahí puedes hacer una fogata dentro y prepararte la comida o echarte una siesta. Vamos, que puedes hacer lo que quieras. Una pena. Y nos preguntamos, ¿por qué a nadie le interesan estas jarras, ni Laos?. A nosotros nos ha fascinado este sitio. Tal vez este lugar arqueológico cuenta con un “aliciente” para que nadie le preste atención. Y es que para visitar la zona hay que seguir escrupulosamente un sendero que está limpio de bombas sin detonar. La zona fue duramente bombardeada por los estadounidenses entre 1964 y 1973 en la llamada Guerra Secreta y todavía hay miles y miles de bombas sin detonar. Durante la visita puedes comprobar que la llanura está salpicada de cráteres producidos por las bombas. Terrorífico. MAG, un grupo de desactivación que trabaja en Laos desde 2004 y que está realizando una gran labor, se ha encargado de limpiar la zona y ha habilitado los senderos para que la visita sea segura. La verdad es que sólo pensarlo se te ponen los pelos de punta. Interesados por las consecuencias dramáticas que tiene para la población vivir en territorio minado, contactamos en Phonsavan con grupos que trabajan en Laos para la eliminación de bombas sin detonar. Nos informamos sobre el arduo trabajo de MAG, hablamos también con una asociación de apoyo a supervivientes que han sufrido las consecuencias de las bombas, e incluso contactamos con los supervivientes que nos cuentan sus crueles historias. Pero esto es otro capítulo del que ya hablaremos más adelante.



Nos vamos de Laos con una sensación agridulce. Por un lado maravillados por la tranquilidad y amabilidad de sus habitantes, y por otra parte indignados por la pobreza que hemos visto. Muchos niños trabajan a destajo en Laos mientras deberían jugar, los jóvenes apenas cuentan con oportunidades para prosperar y gran parte de la población, mayoritariamente agricultores y niños, está expuesta a la crueldad de las bombas sin detonar que dejaron a su paso los estadounidenses. Aunque Laos nos ha sorprendido por la cantidad de turistas que recibe, un aspecto que puede ayudar en cierta medida a mejorar la situación de sus habitantes. O al menos eso esperamos. Porque los laosianos son sin duda las personas más buenas que nos hemos encontrado en el mundo.


Próximo destino: Hanoi (Vietnam)
1 Response
  1. VM Says:

    Muy original la foto saltando entre las dos jarras, se observa la dimensión enorme de una de ellas comparada con un hombre actual, teniendo en cuenta que el material con el que están hechas no es madera, ni siquiera arcilla, hay que pensar como trasladaron tan enorme cantidad a esa llanura y para qué, como también por qué motivo están tan separadas unas de otras si su función era contener algún líquido valioso. Me suena más la disposición que tienen tan alejadas entre sí, a la manera en que están colocados los menhires de Carnac en la Bretaña francesa según algunas teorías plausibles situados encima de las confluencias de enormes corrientes de agua subterráneas y orientadas específicamente a puntos sobre los meridianos y paralelos de la Tierra conocidos como líneas Ley.

    Sobre los orígenes de estos megalitos la leyenda sacada de Wikipedia: (y pongo lo mismo que se describe aquí pero con una ligera variación) hace mucho tiempo una raza de gigantes habitaba en esta zona. Su rey, llamado Khun Cheung, fue un gran guerrero, y tras una ardua pelea consiguió ganar una importante batalla. Los laosianos dicen que el rey mandó crear las jarras para guardar grandes cantidades de lao lao, el licor de arroz consumido en Laos, y así convidar a sus vasallos y celebrar la victoria.


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