Costa de Brasil


Al ritmo de la costa brasileira

La costa brasileira nos recibe con su lado más étnico, un exponente del cruce de culturas donde la influencia africana es mayor cuanto más al norte nos desplazamos. El ritmo es tranquilo, sin prisa y pausado, un ritmo del que nos contagiamos enseguida. Y disfrutamos con uno de los espectáculos que nos deja con la boca abierta: la capoeira, una expresión corporal afro-brasileña que sin duda merece la pena disfrutarla en directo y en la calle.


Aprovechamos para recorrer una parte de la costa y la idea es llegar hasta Salvador de Bahía, ya que las distancias en este país son realmente enormes. Desde Río de Janeiro nos vamos a Búzios, un apacible pueblito de pescadores que dejó de serlo en los años 60 cuando llegó la actriz francesa Brigitte Bardot. Desde entonces se ha convertido en un lugar muy chic y turístico pero que nos resulta muy agradable y tranquilo. Miramos algunas casitas para quedarnos aquí para siempre, pero de momento que nadie se preocupe que tenemos intención de llegar a Durango.


Tras unos días en Búzios, nuestros siguientes destinos son Puerto Seguro, Arraial d`Ajuda, Trancoso e Itacaré. En este último pueblito se encuentra la que está considerada una de las mejores playas de Brasil. Y realmente es preciosa. En definitiva, disfrutamos de las paradisíacas playas y cargamos las pilas con el calorcito brasileño para dejar atrás el frío boliviano.


Lo mejor de esta aventura es que viajamos sin prisa, sin plazos. Y cuando la gente nos pregunta, “¿hasta cuándo os quedáis por aquí?”, les respondemos: “hasta cuando queramos”. Y es que planeamos el recorrido sobre la marcha, sin reservar alojamiento y recabando información de otros viajeros que nos encontramos en los hostels. Nos llama la atención que hay muy poca gente viajando por la costa brasileña. En muchos hostels estamos ¡solos!, algo increíble. Pero todo un lujo para nosotros.


Próximo destino: Salvador de Bahía.
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